viernes, 14 de diciembre de 2007

Pez Angel

Los peces


Goldfish y su reproducción - III. Jennifer Wilkinson
Tal y como lo prometí en este artículo, veremos la reproducción y el envió de huevos y alevines. Los goldfish son muy difíciles de reproducir, en especial cuando se tratan de producir ciertas características o peces de alta calidad.
Con cada fecundación, habrá muchos descartes de alevines, debido a alguna de las siguientes razones: deformidades, pobre coloración, falta de aletas, aletas de más, formas extraña del cuerpo o de las aletas, debilidad, etc. Es necesario deshacerse de todos estos alevines defectuosos para producir buenos ejemplares. Esto no será suficiente para obtener peces de alta calidad si se empieza con padres de baja calidad. Por ello es importante empezar con padres de alta calidad y buscar buenos resultados. Siéntete satisfecho con los pocos peces que surjan de los primeros intentos, al menos puedes jactarte de que "el pez nació y fue criado aquí mismo", después de todo es más difícil para el aficionado reproducir goldfish que peces tropicales.
Mi primer intento por reproducir goldfish fue bastante divertido. Tenía cerca de 10 peces de buena calidad en un acuario de 120 litros (no era suficiente espacio para ellos, pero era una novata en ese entonces). Después los trasladé al estanque. Realmente no tenía intención alguna en reproducirlos. Un día mientras los alimentaba noté un parche de hongos en el fondo del estanque. Todos los peces se veían bien. Al inspeccionar de cerca noté huevos en la pared del estanque, los cuales no tenían hongos. ¡Bonita sorpresa nos dimos al darnos cuenta que estos peces se podían reproducir! realizamos un cambio parcial de agua y añadimos dos contenedores de plástico en el fondo del acuario. A la mañana siguiente aparecieron cubiertos de huevos. Los trasladé al acuario de 120 litros y al poco tiempo se cubrieron de hongos. Por alguna razón, no limpié el acuario de inmediato. Dos dias después mi marido me preguntó si no deberíamos alimentar a los pececillos. Ni siquiera estaba enterada que algunos huevos hubiesen sobrevivido. Los alimenté con cría de camarón dos a tres veces al día antes de que empezaran a nadar con soltura. Me ayudo mucho el hacer cambios continuos de agua. Estos alevines eventualmente crecieron. Debido a que tenía una gran variedad de peces en el estanque (orandas de baja calidad, telescopios moros y goldfish comunes de color calico y anaranjado), obtuve peces de muy distintas coloraciones y características. No hice ningún proceso de selección y tenía cerca de 30 alevines. Cuando alcanzaron los 3 cms de largo la tienda de acuarios local mostró interés en comprarlos. Me sentí muy orgullosa de haberlos criado... ¡tengan cuidado! ¡esto se vuelve una obsesión!
A medida que pasaba el tiempo me dio por coleccionar libros y recolectar información. Fue en esa época que me di cuenta que deseaba adquirir goldfish de buena cualidad. Algo que he notado es que los goldfish de buena calidad son muy difíciles de encontrar. En la mayoría de las tiendas de acuarios no tenían la más remota idea de lo que les estaba diciendo: "Tenemos goldfish, ¿qué problema hay con ellos?". Finalmente, años después encontré la tienda perfecta. ¡Estaba fascinada! Me dejaron escoger los peces. Incluso me permitieron sacar los peces del acuario y colocarlos en una balde, de tal manera que se me facilitara observarlos detenidamente. Esto facilita el detectar defectos o características, como los sacos de líquido asimétricos en el ojos de burbuja, o ausencia de aletas anales dobles. En algunas ocasiones esto llevó mucho tiempo, pero nos dejaban a solas por lo que no había razón para apurarnos.
También me invitaron a asistir a una granja de goldfish. No creo que reprodujeran los peces allí mismo, sino más bien que eran distribuidores encargados de vender goldfish al mayoreo. Recogí algunos ejemplares de estas granjas, y a pesar de lo cuidadosos que fuimos al seleccionarlos, algunos de ellos desarrollaron el parásito conocido como gusano de ancla. Esto lo veremos con mayor detalle en la cuarta parte del artículo. Me tomó algunos años, pero terminé con una buena selección de goldfish ornamentales. Tenía dos orandas blanco con rojo, tres telescopios moros que terminaron por volverse rojos, varios ryukines, tres goldfish comunes de color rojo y tres más de color rojo con blanco, además de dos ojos de burbuja calicos. También añadí un hermoso ojo de burbuja color rojo con blanco que compré por $2.50 dólares. Este pez de $2.50 obtuvo el tercer lugar en una Exhibición de Goldfish y Carpas Koi. La competencia fue muy cerrada en este evento, así que imagínense la sorpresa que me causó. Pues bien, después de esto ya contaba con los peces necesarios con que poner manos a la obra.
Llevó mucho tiempo para que los peces crecieran y maduraran. Al igual que con los peces anteriores, el primer desove nos tomó por sorpresa. Un día escuche un chapoteo, y cuando me asomé en uno de los estanques descubrí huevos por todos lados. Mantenía a los peces de distintas variedades juntos en otros estanques, pero en este tenía Ryukines únicamente ya que era mi intención reproducir esta variedad. Utilicé un método en el cual se mantienen más de tres peces en edad reproductora juntos. Añadí muchas trampas de huevos y las dejé flotando. Un par de días después estaban llenas. Llené algunos baldes con agua del estanque y las trampas con los huevos. Les añadí un aereador también. Para este entonces ya contaba con mayores conocimientos sobre reproducción, por lo que esperé a que a que los alevines nacieran y pudieran nadar antes de alimentarlos con cría de camarón. El proceso de selección empezó de inmediato. Los goldfish se reproducen un alto número de veces, y estaba segura que apenas había recolectado la tercera parte de la cantidad de huevos que fecundarían en los próximos días. Los alevines resultaron mejores que los primeros, y de nueva cuenta una tienda de acuarios compró los 30 goldfish que criamos.
Tuvimos varias puestas de huevos exitosas utilizando ese método. Produjo una gran variedad de coloraciones. Los peces utilizados eran de color rojo y blanco, naranja y blanco, y blanco sólido. El ser miembro de la Goldfish Society of America me permitió conocer a otros entusiastas que comparten el gusto por este pez. Les envié por correo algunos huevos fecundados de ryukin a varios compañeros de este pasatiempo.
para enviar los huevos, bastó con colocar las trampas cargadas de huevos en una amplia bolsa, añadiendo agua del estanque en su interior de tal forma que las trampas queden sumergidas. La bolsa se anuda como si tuviera peces en su interior. Se coloca en una hielera de hielo seco y se envía por autobús. Entre las políticas de la línea de autobuses, tenían como política el no aceptar envíos de animales, pero al explicarles que se trataban de huevos fecundados de pez me veían con expresión burlona y efectuaban el envío. El enviar goldfish también es sencillo. Se pueden colocar a lo mucho 3 peces pequeños por bolsa. Se llena la bolsa lo suficiente para que cubra a los peces, y un poco más, dejando suficiente espacio disponible para que se de el intercambio de oxígeno. Los peces resisten muy bien los envios si se cumple lo anterior y no permanecen en las bolsas por más de dos días.
El siguiente método que utilice fue el de parejas. Seleccioné un macho Ryukin enteramente blanco con una prominente joroba y una hembra rojo con blanco con una joroba más pequeña, pero con una excelente coloración. Opté por mover esta pareja a un acuario de 80 litros. Esto probó no ser una buena idea, si recuerdan la dificultad que representó limpiar el acuario años atrás. Había cientos de huevos, quizá miles a la mañana siguiente. Al siguiente día había hongos en todo el acuario. En este momento es cuando empecé por realizar cambios de agua, para eliminar los hongos y mantener bajos los niveles de amonia. Un par de días después los alevines estaban nadando libremente, así que limpié el resto del acuario y lo llene con agua del estanque. Hice cambios de un 90% diarios durante el primer mes.
Los alimenté con cría de camarón tres veces al día durante el primer mes. Después los alimente con pellets sumergibles. No eran lo suficientemente grandes para comerlos, pero los pellets se ablandan con el agua y los alevines los succionaban todo el día. Los seguí alimentando con cría de camarón todos los días, pero en menor cantidad. Empezaron a crecer con rapidez después de que los pellets fueron añadidos a su dieta.
El proceso de selección empieza al décimo día. Realmente me desagrada esta parte del proceso de reproducción, pero es necesario si se desean criar peces de buena calidad. Recuerden que es mejor darle a los goldfish suficiente espacio, a darles espacio insuficiente, en especial cuando se tienen alevines. A los diez días colocamos los alevines en un recipiente blanco y los revisamos detenidamente en busca de espaldas rectas y aletas caudales dobles. Si no cumplían con estos dos requisitos, se apartaban o bien terminaban de alimento de otros peces. Llegamos a contar 1000 alevines, los cuales distribuimos en recipientes y acuarios. A los 30 días terminamos con el proceso de selección. Cada pez era colocado en el recipiente blanco en busca de deformidades o características inusuales. El proceso de selección debe ser continuo cuando se crían goldfish. Los goldfish requieren de mucho espacio y de mucho oxígeno para desarrollarse, por lo que deben de realizarse selecciones incluso si los alevines no tienen defectos. Continuamos con el proceso durante los siguientes cinco meses, lo cual nos dejó con cincuenta peces. Los revisé de nueva cuenta y separé a los mejores 11 ejemplares del resto, los cuales coloqué en otra pila aparte. A partir de entonces empezaron a adquirir colores intensos. Algunos eran rojo con blanco y otros eran enteramente blancos. La tienda de mascotas adquirió todos los peces con coloración rojiza. Otra tienda adquirió todos los peces enteramente blancos. Les dije que eran Ryukines, pero al visitar la tienda una semana después estaban etiquetados como "Raras Perlas Chinas". Cuando le pregunté al empleado sobre los peces, mencionó que provenían de un lugar muy exótico (no pudo recordar el nombre) y que eran extremadamente raros. Caray, nunca consideré mi hogar como un lugar muy exótico. En fin, los 11 peces siguieron creciendo en su pila, y poco a poco los fui obsequiando a amigos cercanos hasta quedarme con 3 de ellos únicamente. Al final de esta odisea conservé unos pocos ejemplares de muy buena calidad, entre ellos un ryukin enteramente blanco quizá de mejor calidad que el macho original.